Se supo que Amado Boudou y Julio De Vido votarán desde la cárcel por primera vez desde su detención, pero José López no podrá hacerlo.
Los ex funcionarios presos viven las elecciones con otra intensidad. Su futuro, cree la mayoría, está atado al resultado electoral.
Muchos están convencidos, o los convencen desde afuera, que saldrán antes de tiempo si gana la fórmula que encabezan los Fernández.
La idea se instaló durante la campaña. Hasta se habló de una posible revisión de las decisiones judiciales y de una «evaluación» de algunos jueces federales. Esos mensajes llegan con fuerza a los pabellones «vip».
La mayoría de los detenidos por causas de corrupción debutarán en las urnas aunque el padrón de los «privados de libertad» no es público y los funcionarios a cargo de la organización se cuidan de no revelar ningún detalle.
De hecho, el decreto 1291/06, que permitió la votación en las cárceles, lo considera un dato «sensible».
Entre los que ya votaron en 2017 (o estaban habilitados para hacerlo) aparecen Ricardo Jaime, Lázaro Báez, Daniel Pérez Gadín y Jorge Chueco.
Todos votan con el sistema de boleta única, donde el elector marca a quién elige. De esta manera, no se permite el corte de boleta, que podría tener tanta relevancia en estas elecciones.
Los presos votan con la boleta que corresponde al distrito de su último domicilio, mas allá del lugar de detención.
Si un detenido tiene domicilio en la ciudad de Buenos Aires pero está preso en Córdoba, además de la boleta de presidente y vice tendrá los candidatos para diputados y senadores nacionales porteños.
Aunque fue detenido por primera vez en octubre de 2017, en la previa de las elecciones legislativas, Roberto Baratta no tuvo tiempo de ingresar al padrón de los «privados de libertad».
Luego volvió a la cárcel con la causa de los cuadernos y ahora podría debutar en las urnas de la cárcel.
Su ex jefe, Julio De Vido, es un caso especial porque además de votar es candidato en estas elecciones.
El ex ministro de Planificación encabeza la lista de diputaciones nacionales en la boleta a Santiago Cúneo, que aspira a superar las PASO como candidato a gobernador.
Por su rol de candidato, su ansiedad es diferente a otros ex funcionarios.
Alessandra Minnicelli entregó esta semana el DNI de su marido ante una asistente social del SPF para que no haya problemas a la hora de sufragar.
De Vido ya fue condenado por la tragedia de Once, pero como el fallo todavía no está firme puede entrar al cuarto oscuro como los demás presos.
Su cuñado, Claudio «Mono» Minnicelli, no votará porque no está en el padrón, pudo saber este medio.
«Puede ser que tenga algún problema con la documentación», evaluó una fuente penitenciaria.
Minnicelli está detenido en la cárcel de Ezeiza desde agosto de 2017 por la causa de la mafia de los contenedores.
Esta semana volvió a los tribunales de Comodoro Py para declarar en el juicio. Al pasar, auguró un triunfo del kirchnerismo.
Actualmente hay unos 120 presos dentro del sistema IRIC (Intervención para la reducción de los índices de corrupción).
Más de la mitad están repartidos entre Ezeiza y Marcos Paz.
El resto se distribuyen en la Unidad de Mujeres de Ezeiza y en otros penales del interior.
Además de ex funcionarios y de empresarios detenidos por causas de corrupción, también hay narcos como Mario Segovia, apodado «El Rey de la Efedrina».
Pese a la ola de detenciones en los últimos dos años, la organización de la elección en esos penales no cambió respecto a la anterior.
Los presos del IRIC votan en mesas itinerantes que van rotando entre los módulos del penal. No hay una mesa fija donde pueden votar a cualquier hora del día.
El SPF ya tiene una organización prevista de antemano, según la cantidad de presos habilitados para votar en cada módulo, pero los presos recién se enteran minutos antes de votar.
Hasta ayer, las autoridades del Servicio Penitenciario Federal (SPF) y de la Cámara Electoral estudiaron la posibilidad de colocar mesas en cada módulo para que no haya congestiones y demoras, pero finalmente no habrá cambios y las mesas serán itinerantes.
En la cola para votar, los integrantes del IRIC solo se cruzan con sus compañeros de módulo. En cada módulo hay entre 350 y 400 reclusos, pero no todos votan.
El cuarto oscuro suele estar en el aula de educación de cada módulo. El trámite es ágil porque los internos no llevan su documentación.
El Servicio Penitenciario recibe los DNI en los días previos y cruza los datos con el padrón para saber si hay errores.
En la cárcel tampoco hay fiscales de los partidos: las autoridades de mesa son docentes que trabajan dentro del SPF.
Boudou y De Vido
Amado Boudou es uno de los ex funcionarios que votará en la mesa itinerante de la cárcel de Ezeiza.
Es su debut en esta modalidad. Aunque nunca mantuvo una buena relación con Alberto Fernández, dijo abiertamente que va a votar contra el gobierno de Mauricio Macri.
Para Boudou y De Vido, sus familiares ya entregaron el DNI por anticipado.
Vía: Infobae
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